A pesar de existir diferencias en los sistemas de salud en
el mundo, todos comparten una finalidad primordial: mejorar la salud de la
población. Y para ello es necesario aumentar el acceso de la población a los
servicios sanitarios. Según recoge un reciente informe de la Organización Internacional
del Trabajo (OIT): “Informe mundial sobre la protección social 2014/15:
Construir la recuperación económica, el desarrollo inclusivo y la justicia
social” alrededor de 39 por ciento de la población mundial carece de afiliación
a un sistema o plan de salud. La cifra llega a más de 90 por ciento en los
países de bajos ingresos. Además, la OIT estima que hay un déficit mundial de
10,3 millones de trabajadores de la salud necesarios para garantizar servicios
salud de calidad para todos los necesitados.
Según la OMS, las malas condiciones de los sistemas de salud en muchas
partes del mundo en desarrollo es uno de los mayores obstáculos al incremento
del acceso a la atención sanitaria esencial. Sin embargo, los problemas
relativos a los sistemas de salud no se limitan a los países pobres. En algunos
países ricos, gran parte de la población carece de acceso a la atención por
causa de disposiciones poco equitativas en materia de protección social. En
otros, los costos son cada vez mayores a causa del uso ineficaz de los
recursos.
Para mantener y mejorar el
grado de salud de la población del mundo, los gobiernos deben diseñar sistemas
de salud sólidos y eficientes, que presten buenos servicios preventivos y
curativos a la población.
El estudio está disponible en el siguiente link:
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