Los datos arrojados durante las últimas semanas han reflejado como el impacto de la COVID-19 ha sido desigual por comunidades autónomas, se podría analizar los múltiples factores que influyen en estos resultados, como por ejemplo la densidad poblacional, el uso del transporte público, el porcentaje de personas mayores viviendo en residencias, o la realización de eventos masivos en las semanas anteriores al estado de alarma.
Sin embargo, hay otros factores que podrían influir en el impacto de la COVID-19
y que no son tan fácilmente observables. En un post del blog “Nada es Gratis”, la
economista Matilde P. Machado analiza el impacto de una medida concreta
de salud pública, la vacunación contra la gripe estacional y su relación con la
mortalidad atribuida a la COVID-19.
De su análisis extrae como parece existir una correlación positiva entre
número de pacientes fallecidos por COVID-19 y el número de persona mayores de
65 años vacunados por comunidades autónomas.
Entre las posibles causas de esta correlación, plantea como la vacunación
de la gripe ayudaría a salvar mayor número de vidas de pacientes que del mismo
modo serían más susceptibles al COVID-19, aunque advierte que su análisis no
permite establecer una causalidad y que se necesitaría un análisis de datos más
robusto para demostrar esta hipótesis. Es por ello por lo que es muy difícil
juzgar las distintas medidas que se están tomando a nivel regional en materia
de sanidad para contrarrestar el impacto de la COVID-19, ya que existen muchos
factores intrínsecos que no tienen un fácil análisis.
Para poder visualizar el artículo en su totalidad puede visitar el
siguiente enlace: https://bit.ly/2Tn583Y
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