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viernes, 17 de noviembre de 2017

Las políticas sanitarias y la inversión en salud son indispensables para el futuro del país

Llevar a cabo una correcta política sanitaria es esencial para el buen funcionamiento del país, así como para su desarrollo y el de su población. Esta se ocupa de maximizar la salud de los ciudadanos, reducir las desigualdades en salud entre personas enfermas y de favorecer a aquellos que lo merecen debido a sus estilos de vida. 
Para ello, debe haber una inversión en salud que garantice que estas políticas puedan llevarse a cabo. Sin embargo, en España hay un problema de financiación, puesto que el gasto sanitario está muy por encima del crecimiento económico. Esto hace que la sanidad en nuestro país no sea sostenible, y a quien más afecta esta situación es al ciudadano. Su salud está en manos de un sistema precario al que se le dedica cada vez una menor inversión.
La crisis económica ha afectado al llamado Estado del Bienestar. Se han tomado medidas de racionalización del gasto sanitario que no han tenido resultados positivos. Estas son medidas de recorte que pueden ser un parche a corto plazo, pero que no solucionan el problema a medio o largo plazo, pues lo que consiguen es afectar negativamente a la calidad asistencial, y por lo tanto a la salud del ciudadano.
Por todo ello, se necesita un cambio a todos los niveles. Hay que aplicar nuevos modelos organizativos y de gestión, de ordenación de recursos y garantizar unos estándares de calidad en la prestación de servicios. Si esto no se lleva a cabo, el colectivo médico se ve ante un difícil reto, conseguir que el entorno económico no afecte a la calidad asistencial. Esto es tan complicado que la solución no pasa por ahí.
La OMS define la salud como el "completo bienestar físico, emocional y mental, y no solo la ausencia de enfermedad", pero con las políticas sanitarias existentes, esto es casi imposible.